Cultura, intercambio de títulos entre generaciones y el establecimiento de una tradición.
En una entrevista realizada a uno de los organizadores principales del Cambalache de Libros de Chacao, el escritor y librero Luis Yslas nos contó como surgió la iniciativa y también como el evento se ha ido instaurándose como una tradición del municipio en los últimos años.
Los orígenes del Cambalache de Libros se remiten al Colectivo Relectura, un grupo el cual organizaba encuentros con escritores en diferentes espacios de la ciudad. Dada la sugerencia de uno de los usuarios del foro con el contaba el Colectivo, se realizó el primer Cambalache en el año 2008 en el Centro Cultural de Chacao.
El proyecto de Relectura no continuó. Sin embargo, Cultura Chacao aprobó la iniciativa del intercambio y quiso implementar la actividad como parte de una tradición cultural del municipio.
El Cambalache tuvo lugar en diferentes espacios del municipio Chacao como El Parque Caballito, la Plaza Francia en Atamira, entre otros. Yslas destacó que a pesar de haberse llevado a cabo el Cambalache en diferentes espacios, sólo se mantuvo de constante en la Plaza de los Palos Grandes.
Difusión de la lectura
Las reglas del Cambalache son simples: sólo hay que llevar un máximo de 10 libros e intercambiarlos por papeles que serán válidos por un libro en las diferentes mesas. Yslas señaló que se realizan alrededor de 6 a 7 Cambalaches al año.
En su principio el Cambalache era acompañado con Música mientras se realizaba la actividad, sin embargo hoy en día no ha podido seguirse implementando tal acompañamiento.
«Los lectores son siempre un misterio»
El escritor encargado de organizar el Cambalache junto a un equipo constante de colaboradores, reiteró que el Cambalache ha ido incrementando su demanda a lo largo de los años. Yslas considera que la gente ve como una opción el intercambiar los textos que ha leído, sobre todo tomando en cuenta la crisis existente en el país.
Yslas cree que en situaciones tan complejas como una crisis, la gente consume mayor cantidad de productos culturales a modo de reflexión o escape ante la realidad en que vive.
La mayor ventaja del Cambalache: los títulos
Mientras que en una librería los lectores están sujetos a los títulos que adquiere la respectiva cadena, en el Cambalache la dinámica de traer libros permite adquirir títulos que ni siquiera han llegado a las librerías o que podrían considerarse también clásicos que se encuentran extintos.
«Llegan unos libros que han dejado de circular, incluso llegan libros nuevos que la gente dona»
Entre los beneficios que establece la actividad, destaca la donación de lectores de diferentes generaciones donde se pueden conseguir títulos de literatura contemporánea, autoayuda e incluso ciencia ficción. Se determina entonces que lectores de 14 años pueden terminar llevándose libros de autores insignes como Gabriel García Márquez o Rómulo Gallegos, los cuales pertenecieron a lectores de hace 2 décadas.
«Se promueve la experiencia de la lectura y se rescata el sentido de una plaza»
Frente a las adversidades, Yslas comenta que el Cambalache rescata el sentido original de convivencia que debe tener una plaza y permite que la gente comparta su experiencia del libro. Para él, es fundamental que es estos momentos la ciudadanía se comunique constantemente y sobre todo debata ideas.
«Nadie empezó leyendo el Quijote, cada lector tiene un proceso de avance y aprendizaje a través de los títulos».
Recomendaciones a futuro
Por último, el escritor y librero señaló que el Cambalache estaría considerando implementar unos micros mediante los cuales los participantes recomendaran títulos mientras que realizaban la actividad.
«El problema no es que desaparezca el libro en físico, el problema es que desaparezca el lector.»
Fotografías: Jessica Hernández.
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