Stranger Things: El Legado de Stephen King

Stephen King es uno de los escritores más importantes de la literatura universal moderna. No es descabellado pensar que también se encuentra entre los grandes de todos los tiempos. Sus libros se han vendido por cientos de millones y han sido traducidos a infinidades de lenguas alrededor del mundo. El que haya dejado su marca en el mundo de la literatura es más que obvio. Por otro lado, el mismo hecho que Stephen King sea tan exitoso y prolífico ha dado pie para que muchos lectores y consumidores de entretenimiento en general, den por sentado al hombre de Maine. Los hermanos Duffer (Hidden) y Shawn Levy (Night at the Museum) no han olvidado el legado de Stephen King en lo absoluto y como prueba han inmortalizado todo lo aprendido del maestro en Stranger Things.

Muchas de las publicaciones y artículos que se han hecho acerca de la serie (que tuvo su estreno este pasado 15 de Julio) hacen muchas referencias a como Spielberg moldeó la serie. Y si bien Spielberg como realizador ha influenciado a miles de escritores y directores, es King y no es Spielberg quien constituye el núcleo central de Stranger Things casi en su totalidad. Y la serie en ningún momento es tímida al demostrar quién es la influencia principal de la obra. Stranger Things es la mejor adaptación de Stephen King que no está basada en ninguna historia de Stephen King (al menos no directamente), pero la serie comparte tantos temas, personajes y tramas con la obra de King, que la estética narrativa es en ocasiones casi imposible de diferenciar. Al tal punto que creer que la serie estaba basada en un libro de King no resulta extraño (La utilización de la palabra “Chapter” en español “Capitulo” en vez de la más normalmente usada en medios visuales “Episode” o episodio, al comienzo de cada una de las 8 partes no es casualidad)

Stranger Things es básicamente la amalgamación de conceptos y tramas encontradas en 4 de las historias más populares de bibliografía de Stephen King:

La Niebla: una novela corta, en donde un pueblo se ve aterrorizado por monstruos que en realidad son criaturas de otra dimensión que han llegado a nuestro mundo a partir de un experimento militar fallido.
El Cuerpo: En donde 4 amigos de edades comprendidas entre 12 y 13 años se embarcan en un viaje a través del bosque para encontrar el cuerpo de un chico desaparecido (El capítulo número de Stranger Things tiene el mismo título).
Eso: en donde un grupo de niños se enfrentan a un terrible ser interdimensional que está muy por encima de las habilidades de los niños para hacerle frente. Una historia épica, multifacética y con geniales escenas de horror.
Carrie: En donde la joven que da nombre a la novela es una chica solitaria, tímida y que ha sufrido incontables humillaciones y torturas, desarrolla telequinesis que va más allá de su propia imaginación o de la quienes le rodean.

Cada una de estas historias ha tenido algún tipo de adaptación audiovisual (algunas con más éxito que otras), pero Stranger Things logra combinarlas en algo nuevo que a pesar de que nunca deja de ser reconocible tampoco deja de ser fresco.

Stephen King hace su cameo.

La calidad de realización se debe a que cada uno de los miembros de la producción; desde los directores, pasando por escritores y músicos, hasta llegar a los actores, todos están dando lo mejor de sí. Stranger Things es uno de esos proyectos en donde todos los elementos viven en plena armonía y es sencillamente algo magnifico de ver.

Los showrunners, los ya antes mencionados Hermanos Duffer entienden la narrativa de King de la manera más íntima, entienden por qué las historias de escritor han atrapado a incontables lectores a lo largo de cuatro décadas y como excelentes cineastas saben plasmar dichas características con imágenes increíblemente poderosas y momentos de calmada introspección que hacen que la historia respire y mantenga un ritmo esplendido. La cinematografía y diseño de producción también son de altísimo nivel, trasladándonos al pasado de manera increíblemente verosímil y creando mundos totalmente alejados de la realidad y que a pesar de mantenerse en la oscuridad siguen pareciendo completamente reales.

Las interpretaciones son otro excelente acierto para la serie. Actores cuyas carreras quedaron de cierta manera en el olvido pero que aún forman parte del sentimiento colectivo que recuerda a la década de los ochenta con tanto anhelo y cariño, regresan y demuestran que jamás perdieron su talento. Winona Ryder, la primera musa de Tim Burton interpreta a una madre desesperada que jamás deja de un lado las esperanzas de proteger y salvar a sus hijos y Matthew Modine, nuestro Birdie, es una presencia amenazadora, quien sin mucho dialogo logra expresar exactamente lo que quiere, con una mirada o gesto.

Stranger Things también presenta un increíble cast de nuevos actores. Trabajar con niños siempre es uno de los retos que menos anticipación (y éxito) recibe por parte de los cineastas. Los Duffer superan la prueba, reuniendo un cast de jóvenes actores que simplemente deslumbran en cada escena y permanecen bien atados a la realidad, los personajes se sienten reales, como niños de aquella época, y eso los hacen profundamente carismáticos. Resalta entre ellos, sin duda alguna, Millie Bobby Brown en el papel de “Eleven”, todo un reto actoral que la joven de 12 años supera con creces. Stranger Things también le da chance a actores que aunque increíblemente trabajadores nunca llegaron a la fama, como es el caso de David Harbour, un rostro conocido para todos los amantes del cine y la televisión, quien a pesar de estar trabajando en Hollywood por casi dos décadas recibe por primera vez un rol principal y simplemente la saca del parque, magnifico como el Sheriff Hopper, un policial rural singularmente capaz en su trabajo.

El soundtrack también es algo que hay que resaltar. Compuesto por Kyle Dixon y Michael Stein, la música de la serie viaja a través de las eras trayendo melodías de los años ochenta y combinándolas con los nuevos secuenciadores y efectos del siglo XXI. El género de Synth Wave cada vez se abre paso, más y más en la cultura popular y después de cintas como It Follows, Drive y ahora Stranger Things haciéndole publicidad seguro que en los años venideros encontrar muchísimos más fanáticos.

Netflix por fin ha logrado después de muchos intentos, crear la perfecta experiencia para el Binge-Watching (modelo que ellos mismo popularizaron en donde no hay que esperar cada semana por un nuevo episodio, sino que la audiencia puede disfrutar de la serie al ver todos los episodios al ritmo de su preferencia). Stranger Things es la primera de las series de Netflix que puede ser perfectamente catalogada como una película de ocho horas, la continuidad y el ritmo entre cada episodio hace que la naturaleza episódica de otras series desaparezca y les aseguro que será difícil detenerse una vez hayan comenzado a verla.

Stranger Things es una de las sorpresas del año. Un hermoso homenaje a Stephen King y su obra. Y un paseo nostálgico por una década pasada que ha dejado incontables influencias en las representaciones artísticas de hoy en día, pero sin hacer escala, Stranger Things crea algo nuevo y fresco y estamos muy emocionados por ver que trae para el futuro.