Willy Mckey: Escuchar me resulta fascinante

willy mckey

Transforma la cultura para quitarle el barníz de obligación. Foto Manuel Reverón

“Escribir bien es pensar en los  lectores por encima del ego, redactar una buena crónica va más allá de la primera o la tercera persona, se trata de encontrar el punto correcto desde donde contar la historia”.  El cronista y editor de Prodavinci, es un narrador que se deleita con las historias de sus familiares.

Willy Mckey estrecha la mano con firmeza, su altura y complexión lo presentan  como un hombre rudo. Una rizada melena negra cae con naturalidad sobre su perfil izquierdo. La barba poblada e igualmente oscura y el piercing en su ceja derecha, sobre unos lentes de gruesa montura cuadrada ,acentúan esa primera impresión.

Cuando aparece un comentario ingenioso también lo hace su risa: una carcajada sonora y generosa. La atmósfera de dureza desaparece y el personaje escucha al entrevistador antes de fijar el encuentro para el día siguiente en su oficina:

_  ¿Prodavinci? ¡Prodavinci funciona desde mi teléfono! afirmó haciendo gala de su  mordaz sentido del humor, pero si, ahí nos reunimos

Entra en la sala con el teléfono en una mano y la bolsa del desayuno en la otra. _¿Te molesta? ocupa un lugar en la pequeña mesa redonda, extrae una empanada y la muerde. “Puedes escribir que son las 10 de la mañana y no he desayunado” sugirió jocoso.

Camaleónica identidad

El diálogo arranca con una confidencia: Willy Mckey es un seudónimo:  “cada vez que me preguntan porque lo elegí invento una historia diferente”. rió el susodicho:

_Con el tiempo uno escoge su propio nombre y para qué va usarlo. Willy Mckey no es mi único seudónimoconfesó quien cual camaleón asume una identidad diferente en los diversos medios donde se desenvuelve: música, radio, y teatro infantil son ámbitos en los que se le  conoce de otra manera.

Es un juego divertido, donde a medida que va surgiendo otra cara de esa multiplicidad que somos le busco otro nombre, distinto al de la cédula  que ya está bastante aporreado”, admitió entre risas.

El microcosmos de Catia

Echo de menos la posibilidad de jugar en la calle y de empezar a resolver problemas solo, respondió  sin dudar al evocar su infancia que transcurrió en el oeste de la ciudad. La gente  da por sentado que en Catia todo el mundo es pobre; todo el mundo es malandro, inculto, o habla mal  y resulta que las parroquias son como un microcosmos, donde  está el que es rico y es pobre, quien es inteligente o no lo es.

El Bardo recuerda  especialmente  su paso por la escuela Juan Antonio Pérez Bonalde: “Al tercer día  de estar allí una maestra nos dijo que ahí había estudiado Jacobo Borges. Entonces yo no sabía quien era, pero cuando tenía como 30 años pude conocer al maestro Jacobo Borges,y a su hija, trabajar con ellos…

_De los recuerdos de la infancia los que más tengo presente son aquellos que alcanzan sostenibilidad y no nostalgia, las cosas que me siguen conectando con ese territorio desde mi presente: que van desde escoger un par de zapatos hasta lo que me provoca desayunar.

Narrador Oyente 

En el terreno de los afectos Mckey se sabe esquivo aunque insiste que no es algo intencional: Quisiera ser más familiar, llamar, visitar, tener esa capacidad de estar atento, saberme las fechas de los cumpleaños… a pesar de todo, estos descuidos no han empañado la relación con sus seres queridos. 

_En estos días le preguntaron a uno de mis primos  que iba a  ser cuando grande, y él dijo que  quería ser escritor como yo. Eso me hizo darme cuenta de que tengo un papel importante dentro de mi familia.

Mi relación con ellos siempre es muy espaciada, a veces creo que lo hago a propósito,  siento que si voy muy seguido a Catia o a casa de mi abuela en el 23, ellos tienen menos cosas que contarme y a mí me gusta escuchar las historias de mi familia; lo que pasó con mi abuela, los cuentos de mis primos…

Yo también tengo cosas que contarles y eso me pone en conflicto porque  escuchar me resulta fascinante, pero mi mamá es una tramposa que funciona más bien como mi hermana mayor, porque nuestra diferencia de edad es muy breve se las ingenia para sacarme las cosas.

Letras Personales   

Fue de la mano del autor Americano Mark Twain que descubrió ese universo que es la literatura:

_La primera obra  que me leí completa, y  no quería parar fue: un yankee en la corte del rey Arturo – Cuando yo tenía 9 años, no había un contenido contemporáneo como ahora que existe la primera generación de escritores profesionales que comenzó a leer con Harry Potter.

Más allá de los clásicos americanos y las aventuras del niño mago, le esperaban historias contadas en otro leguaje, en los comics que recibió de las  manos de su tío: «Desde Mafalda, hasta cosas muy voladas como Wacthmen”, evocó con una sonrisa.

Para Willy Mckey, licenciarse en  letras fue un problema personal: “me retiré un tiempo, pero seguía yendo de oyente. Era un amor por el universo de la lectura y la escritura  que estaba por encima de recibir calificaciones».

_Cuando entendí el compromiso y la madurez que requería la carrera la terminé y me fue muy bien.El hecho de pertenecer a la UCV y hacer vida universitaria allí,  me motivó a estar a la altura de esa suert-agregó reflexivo.

El límite entre el trabajo y la personalidad de Mckey se desdibuja constantemente porque:el poeta siempre escribe desde sus obsesiones, En ese sentido define Paisajeno su más reciente poemario como:»el acercamiento a un sujeto poético que coincide conmigo, una forma de poner a delirar el concepto de autobiografía, donde presenta los 30 años de este personaje, no en forma de tiempo sino como un paisaje».

En lo referente a lo espiritual el bardo coincide con la aquella máxima que afirma que: de que vuelan, vuelan.

_La mitad de mi familia es marxista y la otra espiritista-soltó con desparpajo.Yo creo en todo y en nada,dijo para zanjar la cuestión. Esta paradoja se traduce en un futuro proyecto, Yoruba Western o poemas de santo, obra en la que se conecta con lo religioso desde la perspectiva del relato.

El gusto de Mckey por el Comic y los deportes también va a trasladarse a lo lirico en forma de otros dos poemarios: Encomik, y Enestadio: “Soy del Barcelona a más no poder, caraquista y de los Mets de Nueva York, levantando tres dedos para enumerar sus preferencias deportivas.

Agitador Cultural

Audaz e incluso transgresor, Willy Mckey hace uso de su inventiva para trasladar la cultura hacia su propio terreno. Fusionar un velorio de la cruz  con  música hip hop, convertir sus poemas en canciones y reinventarse constantemente, son algunas de sus hazañas:

_Hay que dejar de convertir la cultura en obligación, dejar de decirle a la gente tú tienes que conocer esto porque eres venezolano ¡No!,  tú tienes que conocer esto porque esto es de pinga  y se conecta contigo por estas razones.Cuando  entendamos eso vamos a lograr cosas mucho más grandes-  pronosticó.

Hubo un tiempo en que vendió Paisajeno en los diferentes lugares nocturnos de Caracas, en un precio que fluctuaba de acuerdo al barril de petróleo.¿Cómo se sintió cuando ya no pudo seguir haciéndolo?:

_Agradecido, siento que fui uno de los pocos que pudo beneficiarse del Boom Petrolero” ironizó y soltó la carcajada. Recientemente relanzó  su último poemario en España, con el nombre de Paisajeno Experience. Porque para él su libro es eso: un aparato mutante que cambia constantemente.

Mckey es consciente de  que tanto su opinión como sentido del humor son propensos  herir susceptibilidades sin embargo asegura no creer en la burla: “me inclino hacia la reflexión, poner a la gente a pensar y así desatar la inteligencia colectiva”.

Lo que más le preocupa a este poeta (que también es semiólogo político) sobre la situación de Venezuela es el hecho de que no aprendamos:

_Ya no me preocupa lo que está pasando,me preocupa que en unos años seamos capaces de repetir la misma tontería, de no darnos cuenta que; el poder está hecho para otra cosa, de que el concepto de patria está hecho para otra cosa, y que la felicidad de otro no tiene porque significar el padecimiento de alguien más”.

El constante experimentar de este escritor en torno a la cultura, lo ha hecho merecedor del título de agitador cultural. _ ¡Ese fue un invento de Rafael Cadenas! ¿Y quién se atreve a contradecirlo?_lanzó al aire la interrogante.

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