Cine mudo: Paraíso olvidado

Las llamaradas de fuego sondeaban la zona, el nitrato, una vez encendido, tardará horas en apagarse. Y los grandes jefes de estudio observaban sin prejuicio como miles de filmes, que años antes eran la última sensación, desaparecían sin dejar rastro.

Las primeras películas animadas de la historia contaban historias acerca de vampiros que corrían por la calle, una de las más conocidas fue Nosferatu. Años después estas películas, serían dramas ganadores del Oscar, pero quedarían perdidas en el tiempo.

Los incendios de grandes estudios y registros cinematográficos se volvieron noticia común en las décadas de los 50s y 60s, sin mencionar aquellas cintas destruidas intencionalmente en busca de una ganancia monetaria.

Ahora que el mismo celuloide ya fue abatido por el formato digital y tenemos grandes plataformas en Internet que cuentan con un registro masivo de películas, nos cuesta imaginarnos como miles de obras se pueden perder para siempre.

Se estima que el 80% de todo el cine mudo está perdido. Obras maestras como La Pasión de Juana de Arco (1928) o la gigante Metrópolis (1927), se consideraron perdidas por la mayor parte del siglo XX. Los inicios del gran arte fueron susceptibles a desaparecer, ya sea por mala conservación o un acto intencional.

Nada está marcado en piedra. Aquellos momentos de pasión, fama y lujuria desaparecieron como las cenizas en el aire. Los grandes actores, actrices y directores que una vez fueron aclamados, permanecen en fotografías antiguas cuyo significado se hace cada vez más ambiguo.

Pero no todo fue pérdida, los padres del cine como D.W Griffith o Sergei Eisenstein dejaron un legado sobre el cine, revolucionaron por completo el arte emergente a través del cine mudo y ayudaron a crear el lenguaje visual que todos compartimos.

Muchas obras fueron destruidas, pero no olvidemos las que prevalecieron. Los genios cómicos, los maestros del drama y los generadores de tensión, aquellos que nos produjeron risa y llanto que prevalecen 80 años después.

El cine actual es asombroso, pero está plagado de gente que piensa que vivimos en una era maligna solo por la abundante basura mainstream a la que somos expuestos.

Se me hace difícil no recomendarles el cine mudo, un cine olvidado por muchos y tomado como el hermano menor del cine actual. Rodeado de sueños e historias fantásticas, crímenes, dramas y criaturas malignas, que harán que hasta el más escéptico se atreva a soñar.

Les recomiendo dos películas hermosas que son un homenaje a este cine:

 

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